Historia, leyendas y curiosidades de nuestra ciudad.

Historia, leyendas y curiosidades de nuestra ciudad y sus alrededores

viernes, 16 de junio de 2017

Museo Arqueológico de Sevilla, -IV. Los romanos, segunda parte.

La Sala XIX es la dedicada a las grandes diosas del Mediterráneo. Enmarcada en un monumental orden arquitectónico, Diana es la diosa cazadora, diosa de la Naturaleza, diosa virgen pero protectora de la fecundidad, diosa por excelencia de los romanos. 

Con 234 centímetros de altura, procedente de Itálica y confeccionada con mármol de Paros en el siglo II d.C., representa a la diosa Diana, con todos sus atributos de caza: las ricas botas, el chitón, el manto y la diadema. La figura se apoya en un tronco de árbol cubierto por una piel de cervato.
Detalle.

Estas tres pequeñas columnas sostenían un altar con decoración báquica, 
datado en época de Augusto y encontrado en el Teatro de Itálica.
Vistas generales de la Sala XIX.
Estelas con dedicatorias.
Pedestal honorífico. Itálica. Finales del siglo I d.C.
Ofrenda a la Victoria Augusta. Itálica. Primera mitad del siglo III d.C.
Placas e inscripciones diversas.
Frontal de fuente. Teatro de Itálica. Principio del siglo I d.C.
Pieza excepcional que aúna el sentido simbólico del agua, señal de progreso y benevolencia imperial, y el relato de la fundación de Roma.
Capiteles romanos corintio y compuesto. Itálica. Siglo II d.C.
Ara que evidencia el culto a Mithras en Itálica, del que según las fuentes, se encargaban grupos formados exclusivamente por hombres, relacionados con organizaciones secretas. La simbología utilizada es la típica de estos cultos: el toro, que representa la potencia creadora universal, las cinco espigas de trigo, la vid y la higuera.
Altar votivo. Orchestra del Teatro de Itálica. Primera mitad del siglo III d.C.
Ninfa dormida. Estatua-fuente. Itálica, 163-235 d.C.
Escultura. Itálica, época de Adriano.

Miliarios romanos.
Cabeza de diosa. Teatro de Itálica. Época de Adriano.
Pórtico.
Cabeza de la diosas Isis. Alcalá del Río. Siglo II d.C.
Cabeza femenina colosal, de rasgos idealizados, tocada con diadema alta y corona en forma de torreón. No es posible precisar su finalidad, por tratarse de un hallazgo fortuito, aunque es posible que fuera una estatua de culto. 
Su esquema iconográfico remite a un modelo de origen clásico, transmitido por una larga serie de réplicas (Vienne, Villa Adriana, Atenas).
Entramos a continuación en la Sala Elíptica, sin duda la estancia más espectacular del edificio. Es la Sala Imperial, tanto desde el punto de vista arquitectónico, pues el gran óvalo constituye el eje del edificio, como de su contenido. En ella se exponen efigies de diversos emperadores de los siglos I y II d.C., especialmente los dos de origen italicense, Trajano y Adriano. Es una pena que la excesiva acotación de la zona impida la realización de fotografías desde más ángulos que los permitidos.

La pieza que preside la estancia es la representación heroica del emperador Trajano, el cual aparece desnudo y con un manto sobre el hombro izquierdo, cayendo en pliegues rectos por el mismo lado en la espalda. Adopta la actitud del general en jefe (imperator) en acto de arenga. Debió llevar el cetro en su mano derecha, levantada, y tal vez una espada en la izquierda. La imagen fue descubierta en Itálica en 1788, habiendo sido erigida en tiempos del emperador Adriano.
Lado derecho de la Sala Elíptica.
Emperador Trajano.
Lado izquierdo de la sala.
Togado con la cabeza cubierta. Posible representación de Marco Aurelio como sacerdote. Itálica, Santiponce, Sevilla. Siglos II-III d.C.
Retrato masculino. Itálica, Santiponce, Sevilla. Finales del siglo III d.C.
Estatua colosal de togado. Itálica, Santiponce, Sevilla. Época de Claudio (41-54 d.C.).
Retrato femenino. Itálica, Santiponce, Sevilla. Finales de la era Flavia (81-96 d.C.).
Retrato femenino. El Coronil, Sevilla. Época de Claudio (41-54 d.C.).
Capitel compuesto. Itálica, Santiponce, Sevilla. Siglo III d.C.
Capitel corintio asiático. Itálica, Santiponce, Sevilla. Siglo III d.C.
Retrato de Adriano. Es uno de los mejores retratos que conservamos del emperador hispano. Procede de Itálica y se realizó en torno a los años 135-140 d.C. Como elemento de divinización, lleva un relieve en el pecho de la cabeza de la gorgona Medusa.
Mosaico italicense, realizado con teselas pétreas y vítreas y símbolos alusivos al mundo báquico y a las Estaciones del Año. La composición sigue el esquema de otros mosaicos italicenses, como el de la Colección Ibarra y el de las Estaciones de la Casa de Hylas, característicos de época antoniniana, y de otro pavimento con tema dionisíaco documentado en Colonia, fechado en época severiana. Siglos II-III d.C.
Detalle.
Antebrazo de estatua colosal. Itálica, Sevilla. Época de Adriano (118-137 d.C.).
Estatua heroica colosal de Adriano. Itálica, Sevilla. Época de Adriano (118-137 d.C.).
Retrato de Vibia Sabina, esposa de Adriano.
Itálica, Sevilla. Época de Adriano (118-137 d.C.).
Estatua femenina con stola palla. Itálica, Sevilla. 130-160 d.C.
Togado. Mármol blanco. Écija, Sevilla. Siglo I d.C.
Retrato femenino. El Coronil, Sevilla. Época de Tiberio (14-37 d.C.).
Retrato de Galba o Vespasiano. Itálica, Santiponce, Sevilla.
Época Flavia, segunda mitad del siglo I d.C.
Retrato de Augusto. Itálica, Santiponce, Sevilla. Época de Tiberio, 14-37 d.C.
Capitel corintio. Itálica, Santiponce, Sevilla. Siglo II d.C.
Retrato de Vespasiano. Écija, Sevilla. Comienzos de la época Flavia (69-79 d.C.).
Retrato de Domiciano. Munigua, Villanueva del Río y Minas (Sevilla).
Época Flavia (81-96 d.C.).
Retrato colosal de Augusto. Itálica, Santiponce, Sevilla.
Comienzos de la época Claudia (década de los 40 d.C.).
Retrato femenino. Itálica, Santiponce, Sevilla. Época de Augusto (27 a.C.-14 d.C.).
Su estilo ideal remite a las producciones de época augustea, conjugando el contraste entre la buena ejecución y vitalidad del rostro con la ligereza del trabajo del cabello. El peinado con el típico "nodus" es uno de los elementos más característicos de la obra. Su lugar de hallazgo, en el entorno de una de las necrópolis de Itálica, sugiere un uso como retrato funerario.
Emperador con traje militar. Itálica, Santiponce, Sevilla.
Época de Claudio (41-54 d.C.).
La siguiente Sala, la XXI, es la gran sala de la epigrafía romana en piedra. En ella podemos encontrar tanto mensajes u ofrendas a los dioses, como funerarios o conmemorativos de actuaciones públicas dignas de ser recordadas (a menudo con pago a cargo del homenajeado).
En el centro, sirviendo de fondo a una fuente-surtidor, se puede disfrutar de un interesante mosaico hallado en Itálica. Es de tema marino, reutilizado como fuente con surtidor central, aunque en origen debió corresponder a un fondo de estanque. La composición sigue un esquema de origen itálico, que alcanza una amplia difusión en la musivaria (arte de elaborar mosaicos) romana alto-imperial. En la Bética se localizan temas similares en numerosas localidades.
Lado izquierdo de la sala.
Lado derecho.
Inscripciones en granito dedicadas a Vespasiano y a sus hijos, Tito y Domiciano, en agradecimiento por las grandes obras públicas llevadas a cabo para la mejora de la Vía Augusta. Proceden del Santuario de Mulva, en Villanueva del Río y Minas, Sevilla.
Estela funeraria de Laria Tvche. Siglos I-II. Estepa, Sevilla.

Monumento funerario de Iuvencia Urbica. Mérida, Badajoz. Siglo II d.C.
Pedestal de estatua. Munigua, Villanueva del Río y Minas. Siglo II d.C.
Epígrafe honorífico de Quinto Fabio Séneca. Medina Sidonia, Cádiz. Siglo I d.C.
Mosaico de Marco Trayo, posiblemente el antepasado conocido más antiguo de Trajano.
Aras funerarias.
 Ara dedicada a la memoria de la joven difunta Apolonia, natural de la antigua ciudad romana de Canama (Alcolea del Río). Aunque no se conocen las circunstancias exactas del hallazgo, el tipo de letra permite establecer su cronología en torno al siglo II d.C., coincidiendo con el auge económico de esta región de la Bética. De acuerdo a los datos onomásticos, debe tratarse de un personaje vinculado a una familia influyente de la ciudad, dedicada al comercio del aceite.
Sala XXII.
El ejército romano constituyó una pieza fundamental en la creación y consolidación del Imperio. Además de sus evidentes labores militares en la conquista y en el mantenimiento del orden durante la Pax Romana,  el ejército cumplía una labor primordial como elemento romanizador.
El trabajo de sus ingenieros estableció una densa red de comunicaciones terrestres por toda la Bética, construyendo calzadas y puentes que aún perduran en parte. Las legiones desarrollaron igualmente una intensa labor de edificación, sobre todo a partir de Augusto, difundiendo las técnicas arquitectónicas y los materiales constructivos.
Pedestal en recuerdo de Gaio Vallio, general romano que pacificó la Bética, amenazada por las tribus del norte de África. 
Cortijo del Rocadillo, San Roque, Cádiz.  Segunda mitad del siglo I d.C.
Tuberías romanas de plomo. Itálica. Siglos I-II d.C.
En esta vitrina se puede contemplar equipo de campaña (caldero, sartén plegable), monedas, proyectiles para las hondas (llamados glandes), lucernas y algunas imágenes (en el centro, cabeza de Marte, dios de la Guerra).
Relieve de dos legionarios romanos. Estepa, Sevilla. Primera mitad del siglo I a.C.
Esta pieza se inserta en la serie de relieves de Estepa-Osuna, caracterizada por la representación de escenas de juegos bélicos y combates, de clara simbología funeraria. Posiblemente formó parte de un sepulcro decorado con relieves de munera gladiatoria (juegos gladiatorios), en honor a la memoria de algún caudillo de la aristocracia militar ostippense.
La presencia del ejército trascendía del tiempo de servicio del legionario, pues los veteranos recibían, tras los preceptivos veinticinco años de servicio, lotes de tierras en las nuevas posesiones, contribuyendo así a la consolidación y expansión de la cultura romana.
Cabeza masculina. Carmona, Sevilla. 79-100 d.C.
Obra de excepcional calidad, ejecutada posiblemente en un taller local de Carmo, con cierto parecido a Augusto tocado con un gorro corintio.
Emperador presentado con armadura militar. 
Itálica. Época de Claudio (40-55 d.C.).
La Sala XXIII está dedicada a la actividad comercial y los objetos relacionados con ella: ánforas, monedas, figuras de bronce, sellos, balanzas, y otros. Uno de los muros está ocupado por completo por un mosaico geométrico encontrado en la localidad sevillana de Alcolea del Río.
Mosaico de Alcolea del Río, Sevilla. Siglo I.
Selección de ánforas utilizadas para el comercio.
La estatua de la diosa Fortuna, obra de los siglos I-II d.C., es representada con sus atributos principales, la cornucopia (perdida) y el timón, del que solo se conserva el arranque en el costado derecho de la figura. Fue recuperada del interior de un pozo junto a numerosos fragmentos escultóricos, durante la construcción de la barriada de la Barzola, en Sevilla, a comienzos de los años 70 del pasado siglo. Cómo llegó a parar allí es un auténtico misterio.
Escultura doméstica del dios Baco. Itálica. Siglo II d.C.
Vitrina dedicada a la exposición de útiles usados en la actividad comercial y decoración.
Figura de león con cabeza de bóvido a sus pies, sobre pedestal semicircular decorado con incrustaciones de plata. En los márgenes superior e inferior del pedestal, moldura de perlas. El animal, en posición de caminar, mantiene las fauces entreabiertas. Presenta una excelente factura, con indicación detallada de la cabellera, facciones y garras. 
Apliques decorativos, realizados en bronce, de un carro romano del tipo conocido como ´carruca´, de gran tamaño y caracterizado por su amplitud -carro dormitorio-. Junto a otra pieza idéntica remataba los laterales del asiento que flanquean al conductor. 
Utrera, Sevilla. Época del Alto Imperio.
Diferentes tipos de pesas.
Sello circular realizado en bronce. Algámitas, Sevilla. Siglo II d.C.
Su finalidad era la de marcar el yeso que precintaba las bocas de las ánforas, a modo de garantía del producto que contenían. La inicial M corresponde al nombre del productor, M(ussidius), aunque podría indicar también su profesión, M(ercator).
Figuras decorativas de bronce.
Balanza romana.
Sello familiar con forma de escudo y anilla dorsal. Presenta un candelabro de siete brazos o "Menorah", objeto fundamental de la liturgia hebrea. En la inscripción que la rodea aparece una leyenda bilingüe en hebreo y en latín, separadas por una estrella de seis puntas.
Sello de bronce  tretralobulado, en cuyo campo figura una flor de lis, posiblemente emblema del poseedor del sello y también símbolo de pureza para los israelitas.  Primera mitad del siglo XIV.
En el muro frontero al mosaico de Alcolea podemos contemplar elementos arquitectónicos pertenecientes a un templo localizado en Carteia, Cádiz, con interesantes prótomos (bustos) de toro en su entablamento:
Elementos arquitectónicos en piedra estucada. Carteia, San Roque, Cádiz.
Mesa para medir capacidades. Cortijo Los Pilares, Montellano, Sevilla. Siglos I-III d.C.
El patrón se basaba en un modelo oficial instituido y custodiado en Roma, cuyas copias se exportaban a las principales ciudades de las provincias, donde eran inspeccionadas por las autoridades municipales. Piezas de este tipo se conocen en Timgad, Pompeya y Atenas.
Exposición de monedas romanas.

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